La trucha es uno de nuestros mejores peces de agua dulce, y de los más populares y cotizados. Su tamaño varía con la edad y calidad de las aguas pudiendo alcanzar hasta 60 cm y pesar 4 ó 5 Kg.
Su aspecto general es corto y rechoncho. La boca es muy grande y está armada de dientes muy agudos. El color del cuerpo es variable desde grisáceos a pardos, y está cubierto de pintas blancas y rojas que suelen estar rodeadas de un halo blanquecino.
La trucha habita en aguas corrientes, claras frías y bien oxigenadas, cuyo fondo sea pedregoso o de grava.
En otoño remonta los ríos para desovar, reproduciéndose a principios de invierno, la hembra ahueca la grava y deposita los huevos, eclosionando éstos en primavera.
Las crías viven al principio en los riachuelos donde nacieron, pero después buscan aguas más profundas.
La alimentación de la trucha presente un ciclo anual muy determinado: la época estival, desde primeros de abril hasta finales de octubre, y el período de invierno, que comprende el resto del año, siendo la primavera la época de mayor actividad de nutrición de la trucha, ya que por el esfuerzo del desove, se encuentra débiles intenta recuperar sus fuerzas comiendo en abundancia.
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