lunes, 23 de abril de 2012

Suelta de la Trucha


Hay que devolver las truchas siempre que saquemos una trucha y no de la medida mínima del tramo donde pesques: sea o no coto, o cuando pesquemos en un tramo libre o un acotado “sin muerte”, o bien un día sin muerte de un coto normal. Cuando se haya hecho el cupo y queramos continuar pescando. Cuando cojamos una trucha en zona no truchera, fuera de temporada. Y, en general, cuando la reglamentación exija devolver vivas las capturas.

Por ello hay que saber como soltar una trucha, ara que viva y pueda ser vuelta a pescar, quien sabe si por ti mismo otro día. Y para que pueda frezar una vez más y repoblar así el río de forma natural.

Nos podemos preguntar si la trucha una vez fuera tiene alguna posibilidad de sobrevivir, y hay muchos estudios sobre el tema, pero todos coinciden en que si el pez no está herido y se maneja como es debido se puede recuperar el 100% de ellos. En cualquier caso, la causa de la muerte del pez no es la herida que le produce el anzuelo, sino el cansancio y la tensión que le produce la captura, por eso es importante saber cómo soltar las truchas rápida y eficazmente.

Los anzuelos sin muerte son más fáciles de extraer del pez. Se puede aplastar la muerte de los anzuelos con unas pinzas o unos alicates. Y esto sirve para anzuelos de cebo, cucharillas, señuelos y moscas artificiales. La única diferencia con los anzuelos con muerte es que debes mantener la tensión del hilo siempre, sin aflojar. Sujetar el pez firme pero suavemente, sin forzar. Y si utilizas sacadera, procura que la malla sea de algodón sin nudos, para evitar que se dañen las escamas, las agallas o los ojos.

Hay que saber como luchar con la trucha, pues los ejemplares que se trabajan con cierta delicadeza y son soltados suavemente se recuperan con mucha más facilidad. Una lucha hasta el cansancio reduce estas posibilidades. Una vez picada, hay que ir hasta una zona tranquila del curso y aproximarse al pez lo más rápido posible, sin tirones y dejándole dar una par de carreras. Para esto es fundamental que utilices un nylon más fuerte posible, según las condiciones de claridad del agua. No arrastres la trucha sobre la orilla o el fondo, para evitar que se hiera.

Para quitar el anzuelo, si es posible, mantendremos el pez en el agua, mientras calculas su longitud y peso, tomas fotos y lo sueltas. Hazlo con suavidad. Evita retorcer la trucha. Quita el anzuelo con cuidado, con el pulgar y el índice o con un desembuchador, si lo sabes utilizar, o bien con unas tijeras fórceps. Si es necesario, corta el hilo lo más cerca posible del anzuelo y deja escapar la trucha con él clavado especialmente, si está muy profundo sería peor tratar de manipular muy dentro, mientras que la trucha será capaz de expulsar el anzuelo en unos días casi con total seguridad. Y no olvides que los anzuelos sin muerte se quitan mejor.

Para devolverla al río, sujétala suavemente bajo el agua. Con la boca aguas arriba. Muévelo adelante y atrás despacio, para que el agua circule por sus branquias y se oxigene. Cuando notes que empieza a querer escapar, déjalo marchar. Para hacer estas operaciones, busca siempre una zona de aguas paradas. Si dejas la trucha en un chorro, la corriente la llevará, golpeándola contra los obstáculos del cauce.

Con esta práctica, con toda seguridad, verás crecer las poblaciones de trucha en nuestras masas de agua. La riqueza en truchas salvajes de las aguas no es inagotable. Si devuelves vivas al agua todas las truchas que puedas, estarás contribuyendo a conservar este capital de naturaleza que tú el primero y después las generaciones de futuros pescadores, podréis disfrutar durante muchos años.